lunes, 12 de julio de 2010

Sobre la final del Mundial

Vuelvo nuevamente al ruedo como podrán ver. Simplemente en esta ocasión es para comentar acerca de lo visto ayer por millones de personas: una nueva final de un mundial de fútbol.
Muchos, en realidad la mayoría está tentada a subirse al colectivo de la victoria de España. Yo por mi parte quiero ser crítico. Sinceramente terminé con mucha bronca (inexplicable bronca) cuando vi que Iniesta vencía la valla del arquero holandés (del cual no voy a escribir aquí el nombre porque realmente no me va a salir). Tengo mis razones para no disfrutar del triunfo Español, que aunque es ajeno a mi (es obvio que Argentina es quien me hubiese gustado que gane), tiene un interés particular, ya que aquí se esta hablando de una filosofía futbolística a la que muchos, ahora, adhieren.

La primera de las razones es que no me siento identificado con la idea futbolística. El fútbol practicado como lo practica España es realmente aburrido. Lateralizar el juego sin intentar llegar, retrocediendo haciendo de la tenencia en sí misma una manera de jugar (así como también el Barcelona lo hace), me resultan chocantes, le sacan la belleza al juego, y lo hacen aburrido y predecible. No niego que para los hinchas Españoles esto les lleva mucha tranquilidad, pero a mi modo de ver, hay maneras mejores de jugar y plantear los partidos. La Italia Campeona del Mundo del 2006 y el Inter de José Mourinho son dos ejemplos de la practicidad con que el fútbol puede ser jugado. Y en este caso practicidad es símbolo de eficacia.

La segunda razón implica a Andrés Iniesta y al árbitro. Yendo particularmente al partido de la final disputado ayer, en el que ningún equipo pudo plasmar 100% el juego que lo llevó a disputar esta instancia, digamos que la actuación del árbitro del partido fue influyente en el resultado, y mucho. Empezando por la roja que tendría que haber visto Iniesta por golpear sin pelota a Van Bommel, y en segundo lugar, omitiendo el tiro de esquina previo a la jugada del gol; algo que fue tan claro que se pudo ver en las repeticiones en todas partes del mundo.

Lamentablemente todo fue desnaturalizado y bastante aburrido en una buena parte del partido. Un poco por la ausencia de llegadas. Otro poco por la lateralización del juego de España. Es que estos partidos son así, únicos, y no importa como uno llegue a ellos. Solamente importa como se juegue. Lo pudo haber ganado Holanda, el equipo más regular del torneo, si Robben no erraba el mano a mano frente a Casillas que tuvo. Lo pudo haber gandado España, si la pelota de Villa no la sacaba Heitinga con la punta del botin.... Pudo haber sido para cualquiera, pero terminó siendo para el más marquetinero y el que menos lo merecía. Fue una final deslucida. El campeón, el que "mejor" fútbol pregona, no es un mejor campeón que la Italia de Lippi. Igualmente esto es fútbol. Y en fútbol, todo es opinable.

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